Hace ya unos días que pasaron por mi estudio unos mellizos encantadores, que son desde hace mucho años parte de nuestra gran familia diminuta. Se llaman Carlos y Paula, y son dos hermanos que si bien los conozco desde que nacieron, nunca se habían puesto en mis manos, pues las fotografías que tenía de ellos eran en eventos donde concretamente no eran los protagonistas del día. Sin embargo, en esta ocasión sí que lo fueron y acapararon toda mi atención dejándose fotografiar como dos verdaderos modelos infantiles. Me sorprendieron, la verdad,  vaya que me sorprendieron, pues aunque con Paula lo tenía algo más claro, sabía que al principio iba a estar un poco cortada pero que con el tiempo se sentiría como “pez en el agua”, con Carlos tenía mis dudas, pues parecía más tímido y menos predispuesto a la sesión. Sin embargo, cuando llegó su turno me quedé atónita, no podía dar crédito al verle mirar a la cámara, cambiar de una a otra posición sin que tuviese que decirle nada. “Pero Carlitos, qué bien lo haces, ¿dónde has aprendido?“, le dije. Todavía me sorprendió más la respuesta cuando me dice: “mirando a Paula cómo lo hace“, cuando en realidad era él el que se había puesto el primero, gritando, “primero yo, primero yo“, jajajajaja. Todo un crack de niño.

Se lo pasaron bien, se les veía en sus caras y sus padres estaban con la boca abierta, pues según ellos se dejaban hacer pocas fotos. Aquí os muestro una pequeña representación de lo que fue ese día.

Gracias chicos por hacerme sentir tan bien y pasármelo genial cuando estaba con vosotros. Gracias también a sus padres, María José y Carlos, por encargarme esta maravillosa sesión y confiar en mí. ¡Os adoro!